La unión Matrimonial

Cuando un hombre y una mujer deciden, por amor, unir sus vidas en matrimonio y formar juntos una familia,
reciben también la bendición de la procreación que Dios le dio a la primera pareja, al crearlos hombre y mujer:
«Y los bendijo Dios diciendo: fructificad y multiplicaos. Llenad la tierra y sojuzgadla»
(Gen 1:28).

Creemos que el término "matrimonio " sólo tiene un significado: la unión de un hombre biológico adulto y una mujer biológica adulta. El matrimonio aprobado por Dios es esencialmente heterosexual; y se basa en la diferencia sexual, que es condición esencial para expresar con verdad la comunión conyugal. Porque Dios ha ordenado el matrimonio y lo ha definido como la relación de pacto entre un hombre biológico, una mujer biológica, y Él mismo, en una única unión exclusiva, tal como se expone en la Escritura (Gén . 2:18-25 ), la Iglesia Nueva Vida (INVI ):


  • Sólo reconoce el matrimonio entre personas que han sido de sexo opuesto desde su nacimiento: un hombre biológico y una mujer biológica;


  • Los pastores, ministros y empleados de esta iglesia, sólo podrán participar en las bodas y/o solemnizar matrimonios, entre un hombre biológico adulto y una mujer biológica adulta; Y además, en las instalaciones de INVI sólo se podrán celebrar bodas entre un hombre biológico adulto y una mujer biológica adulta.


CONFORMIDAD CON LAS LEYES HUMANAS


La Iglesia Nueva Vida no hace discriminación ni acepción de personas, pero sí hace una distinción entre "pecado" y "discriminación".


Teniendo en cuenta que esta iglesia es regida por la Constitución Máxima de la tierra: La Biblia (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:1-21; Levítico 18:1-30; 19:1-37; 2 Timoteo 3:16-17; entre otros).


En aquellos casos en los cuales alguna provisión de esta constitución no esté conforme a las leyes federales o estatales (Tito 3:1; Romanos 13:1-6; 1 Pedro 2:17); la Junta Directiva, en consenso con el Pastor Principal, podrá autorizar que se hagan los ajustes necesarios para tener todo de acuerdo a las leyes humanas, siempre y cuando no sea para violar los mandatos dados por Dios a Su iglesia en la tierra (Hechos 4:18-19) ya que no es correcto llamar "discriminación" a lo que Dios llama pecado y abominación.