La Sexualidad: Hombre y Mujer

Creemos que Dios maravillosamente e inmutablemente crea a cada persona como hombre o mujer (a quienes identificamos también como "hombre biológico" o "mujer biológica"; y también, "hombre de nacimiento" o "mujer de nacimiento"). Ambos, aunque complementarios y distintos, juntos reflejan la imagen y la naturaleza de Dios. ( Gen 1:26-27); por lo que el rechazo del sexo biológico de uno equivale al rechazo de la imagen de Dios dentro de esa persona.

"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó"
(Génesis 1:27).
Estas palabras del Génesis recogen dos verdades fundamentales sobre la persona humana: es creada "a imagen de Dios"; es creada como "hombre y mujer". Dios crea al hombre y a la mujer iguales en su humanidad, con idéntica dignidad personal, y al mismo tiempo en esencial y profunda relación de hombre y mujer. Toda persona es hombre o es mujer; Y esta diferencia y reciprocidad -que no es sólo biológica, sino también afectiva y psicológica-, alcanza a lo más profundo del corazón y al mismo modo de vivir y de dar expresión al amor. Dios no crea al ser humano para que viva solo.

En el plan de Dios la diferencia sexual es un elemento constitutivo del ser del hombre y de la mujer. La diferencia sexual, que no implica desigualdad, está profundamente inscrita en el ser de cada uno. Una concepción de la persona humana que tenga en cuenta su verdad y todas las dimensiones de su ser, pone de manifiesto que no se puede elegir ser hombre o mujer, sino que la diferencia sexual nos es dada en nuestra naturaleza personal con todas sus consecuencias.


Creemos que cualquier forma de inmoralidad sexual (incluyendo el adulterio, la fornicación, la conducta homosexual, la conducta bisexual, la pedofilia, las orgías, la bestialidad, el incesto, y el uso de la pornografía) es pecaminoso y ofensivo a Dios. Creemos que Dios aprueba la relación sexual íntima solamente entre un hombre biológico y una mujer biológica que están casados entre sí; y que Él juzgará a todos los fornicarios y los adúlteros. (Levítico 18:1-30; Mateo 15:18-20; Romanos 1:24-32; 1Corintios 6:9-10, 18-20; 7:2-5; Gálatas 5:19-21; Hebreos 13:4; Apoc. 21:8, 27; 22:15)

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